Aunque el cabello del anciano era blanco, era muy afortunado de tener dos hermosas jóvenes, Aya Ami y Mao Hojo, sirviéndole juntas. Simplemente se quedó allí y disfrutó de la maravillosa felicidad con la que todo hombre alguna vez había soñado. los dos se turnaron para servirlo, llevándolo a alturas que nunca antes había alcanzado :D.