Mizuki decide vivir con su suegro y su marido hasta que se complete la renovación del apartamento. Debido a su suegro, no se casó y continuó llevando una vida ascética. Su suegro la pilló masturbándose con las manos en la masa y no pudo evitar sentirse molesto. Su suegro, que estaba en celo, miró esa figura y se folló a Mizuki. Mizuki le lamió la cara, las tetas, el culo y los dedos de los pies como si fuera basura. Ella rechazó su pervertida caricia con una mirada atrevida, pero desde allí derramó su semen de amor. Desagradable