Jennifer va a una tienda a comprar un palo de golf nuevo para el club al que pertenece. El vendedor de golf era un empleado alto y apuesto con ojos extremadamente lascivos. Además, mientras ella probaba el palo de golf, su pene se frotaba deliberadamente y continuamente contra su regordete trasero, lo que la hacía sentir muy estimulada e interesante. Tomando impulso, con su astucia ideó un plan para apoderarse fácilmente del cuerpo de esta lujuriosa chica.